martes, 12 de julio de 2011

Capíyulo 12: Aventuras de Andar por Casa

No estaba lo que se decía exactamente de buen humor.
  -Hoy desayuno aunque tenga que morir en el intento...- dije para mí
Me levanté de la cama de un salto sin si quiera ver qué hora era. Abír la puerta, miré hacia ambos lados comprobando de este modo que nadie acechaba a mi persona con el objetivo de impedir mi llegada a la cocina. Empecé a andar, cuando escuché un crujido detrás de mí me tiré al suelo dispuesto a continuar mi avance a gatas. Seguí agazapado, era más seguro. Tras un buen rato avanzando me dí cuenta de un hecho muuuy importante....me había perdido. Ni siquiera sabía dónde estaba la cocina. Me incorporé como si nada hubiese pasado y me dirigí a la habitación de Kasidy.
  -Buenos días- dije mientras abría la puerta
Kasidy no contestó solo se me quedó mirando con cara de genocida desde su cama agazapada entre sus sabanas. Puse cara de pánico.
  -Bueno si no quieres levantarte...
Ella dió un salto saliendo así de entre las sábanas como si de un pez se tratase. Me dió un beso en los labios.
  -Buenos días- dijo con voz sensual
  -Ah es verdad que ya podemos besarnos- dije venciendo a Kasidy a caer lentamente sobre su cama
Acabamos los dos metidos juntos en cama...durmiendo.
  -¡¡¡Kasidy!!!¡¡¡Kasidy!!!- gritó Darek -¡Elion no está en su habitación!
Se quedó mirando hacia la cama y cayó en la cuenta en que ese bulto sospechoso que tenía una cara igual a la mia...era yo.
  -Elion, necesito tu ayuda un momento- dijo Darek
  -¿Es a vida o muerte?- dije con tono de asesino
  -Absolutamente
Me levanté perezosamente de la cama dejando tras de mi a Kasidy, tirada en la cama tapada hasta la nariz. Salí de la oscura habotación de Kasidy cerrando la puerta a mis espaldas. La luz de fuera en contraste con la oscuridad interior me molestaba en lso ojos.
  -Elion...- dijo Darek
  -Dime
  -¿Es cosa mía o tu nombre es de mujer?
Le miré con cara de odio supremo. Esperé a que me dijese por que motivo me había sacado reamete de la habitación de Kasidy. Al no obtener una respuesta le dí la espalda y abrí la puerta de la habitación. Al ver que había abireto la puerta se acercó para pedirme una respuesta y le cerré la puerta contra la cabeza. Escasos segundos más tarde volvía a salir en busca de la ''cocina perdida''.
Después de media hora de reloj dando vueltas por la casa común me fijé en una puerta doble con cristalera opaca con dibujos semitranslucidos.
  -¿Será esta?- me pregunté tendiendo la mano -Como no sea esta me muero...
Abrí la gran puerta de golpe. Era la enfermería.
  -¿Una enfermería?- pregunté gritando -¡Arrrrgghh!
Miré hacia la derecha de la puerta acristalada y ví un marco de madera distinto a todos los demás. La puerta destaba abierta, de canto mostraba un fondo de muebles blancos.
  -Dime que es esa, por favor- me dije a mi mismo
Eché a correr hacia la puerta y llegué al borde de la asfixia.
  -¿Pero que co...?
La cocina estaba precintada con una cinta plastica blanca y roja que ponía: ''No pasar''. Astrid estaba dentro del recinto  mirando hacia la nevera abierta con un cuaderno en sus manos. Me quedé boquiabierto. Me disponía a pedirle explicaciones cuando ella me tendió una mano haciéndome un gesto para que me callara sin siquiera mirarme. Me lo pensé mejor.
  -Astrid...¡¡¡¡¡Déjame desayunaaaaar!!!!!- grité
  -No
  -¿¡Por queeeee!?¡¡Me mueroooo!!
Inspiró con firmeza. Seguía sin mirarme.
  -Alguien se ha comido mi tarta de queso
No me lo podía creer. Todo este batiburrillo por una puñetera tarta de queso...
  -¡¡Me voy a beber tu sangreeeee!!- grité con voz de cantante de rock en plenas culturales
Me ingnoró completamente. Siguió mirando la nevera y anotanto cosas en su cuaderno.
  -Ah...me he hartado- dijo lanzando el cuanderno a sus espaldas -Adiós
Y se rinde así como así. Bueno lo cierto es que a mi no iba a importarme demasiado, todo lo contrario, ¡por fin podría desayunar! Preparé leche con chocolate en polvo, cogí curasanes (croisants) y me senté en la mesa blanca qu había al lado de la encimera.
  -Por fin- dije mientar miraba mi desayuno
Terminé de desayunar de ahí tres cuartos de hora. Entonces llegó Kasidy.
  -Vaya ¿Y todos los cruasans (croisants)?
Sin dejarme contestar empezó a hablar.
  -Me alegro de que por fin los hayan tirado, llevaban varios meses caducados y podrían sentarmle mal a alguien.
Mierda, ¿Los curasanes no llevan huevo?...Gastrointeritis a la vista.