Faltaba poco para irnos. Dos coches nos llevarían al pueblo en el que nací y me crié.
-¡Nos vamos en cinco minutos!- anunció Astrid
Silente, Nicolas caminaba por los pasillos. Parecía buscar a alguien.
-¡Elion!- dijo Nicolas -Te estaba buscando
-¿A mi?- pregunté extrañado -¿Por qué?
Me estaba cambiando, por lo que me encontraba con unos vaqueros negros desgastados, sin camiseta y buscando en mi armario algo que ponerme.
-He oído que vamos a ir a tu pueblo- comenzó Nicolas -Supongo que querrás ver a tus padres y tus amigos...
-Te recuerdo que no se nada de mis padres- interrumpí
-En ese caso querrás buscarlos y volver a tu casa
-Eso sí...necesito ver mi antigua casa...a mis amigos...Sara...- dije melancólico
No comprendía este repentino interés que se había despertado en Nocolas por mí pero resultaba más que sospechoso.
-Ah, por cierto- comenzó Nicolas -Tienes unos regalos en el cajón de abajo de tu armario
-¿Regalos?¿Para mí?...¿Tuyos?
Esto sí que era raro, ¿Por que iba Nicolas, mi peor enemigo en este lugar, a hacerme regalos a mi? De todos modos me agaché para llegar al cajón y al abrirlo había un paquete blando de papel de regalo. Miré hacia él con cara de duda. Me hizo un gesto con la mano para que los abriese. Rasgué el papel externo y ví que en el interior había una camisa negra y dos chalecos de los antiguos. Uno de ellos era del todo negro y el otro era por delante a cuadros muy pequeños y por detrás gris oscuro.
-Yo...- titubeé
-Espero que sean de tu talla- dijo Nicolas
-Gracias- dije con una sonrisa - son como los que mi padre me había regalado antes de...irse
-¡Buenas!- dijo Kasidy enérgicamente -Te hedejado unos regalos en el altillo del armario...aunque veo que no soy la única...jeje, ¿Eh gañan?
-¿Eh¡Qué!?- dijo Nicolas exaltado
-¡Ey! Que solo era una broma- dijo Kasidy -Sabes que Elion es...
-Elion- interrumpí -jejejeje, sabes que me da vergüenza hablar estas cosas con los demás.
-Ya...- musitó Kasidy -¡Abre mis regalos!
-¡Voy!- dije
Me levanté me puse de puntillas para alcanzar el altillo. Abrí las pequeñas puertas que determinaban ese espacio del armario que nadie usa, dentro había una bolsa verde fosforito. La bajé y la abrí dentro había unos botines negros y rojos.
-Son geniales- dije sonriendo -Me encantan Kasidy. Muchas gracias
Tenía pensado estrenar algunos hoy. No me quitéel pantalón, tení pensado llevarlo. Me puse unos calcetines y mis botines nuevos. Justo cuando cogí la cmisa negra y me dispuse a ponermela Kasidy se arcercó y me tocó la herida que ella me había hecho.
-Vaya...y pensar que un solo mordisco te ha metido en todo este lío...- dijo Kasidy apenada
-¿Eh?- dije al ver que estaba a punto de llorar -No...esto me ha hecho conocer una dismensión de la vida que no conocía hasta ahora. Me ha hecho conocerte a ti...a quien más quiero en este mundo.
-Boh, tonto- dijo llorando -¿No te daba vergüenza decir esas cosas delante de los demas?
-Es que ya no hay nadie...
Kasidy se giró hacia la puerta y se volvió al ver que no había nadie. Me pasó la mano del hombro por el pecho y el abdomen haciendo (S)eses.
-Bueno, vistete, nos vamos- dijo restándole importancia a sus lágrimas
Me puse la camisa negra y el chaleco negro. Cuando me levanté del suelo Kasidy no estaba. Salí a buscarla.
-¡Eh, Elion!- dijo Astrid -¡Vamos que nos vamos!
-Estoy buscando a Kasidy
-Yo sé donde está...Vete al fondo de este pasillo, gira a la izquierda y baja las escaleras hay una gran sala con un piano. Ella estará sentada en uno de los sofás cerca del piano.
Cumplí con las instrucciones de Astrid y llegúe a una gran sala decorada como si de la realeza se tratase en una de las esquinas de la gran sala cuandrangular había un piano. Ella estaba sentada en el único sofá desde el cual se podían ver las teclas del piano.
-¡Kasidy!- exclamé -Astrid te está...¿Que te pasa?
-Nada...que...nada.
-No, ahora me lo dices.
-Mi madre me tocaba el piano todos los días y llevo años sin oír un piano sonar bien...
-Bueno, no es que yo lo pueda hacer sonar del todo bien pero...
Me senté en la pequña butaca que se encontraba delante del piano.Me preparé para tocar Canon 05 (o Canon en D). Hice sonar aquel antiguo piano. Sus teclas transmitían todo el conocimiento de las personas que alguna vez lo habían tocado, sentí a alguien que había tenido un vículo muy fuerte con Kasidy, a dos personas. Cuando terminé Kasidy me abrazó con fuerza. Estaba llorando como uan niña pequeña.
-¿Por qué acertaste con la canción?...- preguntó Kasidy -Es la que me tocaba mi madre...una de ellas, mi favorita...
-No sé, también era la mía, me la enseñó mi mejor amigo...antes de entrar en el conservatorio.
-¡Vamonos o se irán sin nosotros!- dijo Kasidy al tiempo que se levantaba
Ella se echó a andar hacia las escaleras que salían de la sala. Yo me quedé sentado de espaldas al piano mirando como ella caminaba. Era simplemente perfecta y su andar tan armoniso y su pelo ondeando a su caminar. Me levanté sigiloso y le dí un abrazo por detrás.
-Te quiero como nunca he podido querer a nadie- dije a su oído
Ella respondió agarrando mis manos.
-Vamos- dijo Kasidy
Salimos del antiguo endificio que encerraba la casa común. Fuera había dos coches en uno iban Nicolas de conductor, Mike y April y en el otro estaba Atrid y Megan.
-Vamos con Astrid- dijo Kasidy
-Sí- asentí
El viaje se me hizo especialmente largo. Impaciente por ver a mis amigos casi echo el corazón por la boca al ver el cartel que certificaba lo evidente.
''Está usted entrando en Sinaria''
Paramos en la plaza del pueblo. Me bajé corriendo del coche. Mi casa no estaba muy lejos de ahí. Llegué en apenas dos minutos a lo que había sido mi casa. Estaba completamente en ruinas.
-No...no puede ser- musté
Las plantas se habían apoderado del exterior de la casa y a juzgar por su aspecto externo no tenía tejado.
-Esto no puede haber pasado en cicno días- dije sorprendido
Kasidy se acercó y observó la casa.
-No va a quedar así...- dije mientras me armaba de valor para cargar contra la puerta.
Cogí un poco de carrerilla, eché a correr hacia la puerta y la atrvesé dejandola hecha añicos.
-Supongo que estaba podrida, al ser de madera...- dije seguro de mi mismo
Observé el interior. Estaba muy demacrado por todas partes. Entré en mi habitación. Todo estaba en su sitio pero si hiciese cincuenta años que nadie entraba ahí.
-No voy a poder rescatar nada de aquí...
Me giré y ví una sombra. Me eché a correr hacia la habitación de Alicia. Era ella. La abracé nada más verla.
-A...A...Alicia...- dije incrédulo -Qué haces aquí...creí que estabas...muerta...
Reparé en su pelo...era blanco, al igual que sus ojos, blancos con el límite del iris gris ahumado.
-Eres un Pandora...
-Un hombre de pelo blanco me hizo despertar y me dijo que si hacía lo que él me mandase podría estar contigo y que era muy valiosa- dijo mi hermana con un tono feliz y despreocupado
-Millford...
En ese momento el suelo de madera debajo de mí se rompió y caí al sótano. El chico de pelo rizo blanco hizo acto de presencia.
-¿Tú tambien?- pregunté enfadado mientras me levantaba del suelo y le miraba a los ojos -¿Qué buscais aqui?
El chico, al igual que la otra vez solo mostraba la parte superior de su cuerpo, la otra estaba envuelta en una especie de nube azul con forma de tornado. Al oir mi pregunta la nube descendió hasta desaparecer y dejar a la vista su cuerpo completo, dió dos pasos y me señaló sin decir nada, luego señaló hacia arriba.
-¡Elion!- exclamó mi hermana -Sube vamos
El chico volvió a acercarse más, al verle tan de cerca fue como mirarse en un espejo. Me cogió por un brazo yo me solté y él hizo un gesto de cansancio. Volvió a crear la nube y volvió a cogerme, esta vez sentí un vertigo muy fuerte y estuve a punto de vomitar pero de repente aparecimos arriba, junto a mi hermana.
-Son habilidades- dijo mi hermana -Yo tengo una también
-¡¿Qué?!- pregunté exaltado
-Sí se llama...ehhh...Neunoverrólver...no...Neuroverrelvor...tampoco...¡Ah! Neurorrevólver- dijo Alicia emocionada -No sé que significa pero suena chulo ¿a que sí?
-Sí, hermanita- dije al tiempo que miraba hacia el chico de pelo blanco -¿Cómo se llama él?
-No lo sé...nunca habla
-Dallas...-dijo una voz desde las sombras -Es mi hermano mayor
-Tú...-dije
-¡Hola Kimberly!- dijo Alicia muy contenta
-¿Donde están los demás?...¡¿Dónde están mis amigos?!- pregunté exaltado
-Fuera esperando por ti acompañados por Millford, Corbin, Stanford e Ingrid
-Tsk- chasqueé la lengua -... Por favor chicos daos prisa en entrar...- pensé
Por fin tras tanto tiempo de espera conseguiría las respuestas a mis nuevas preguntaas... ¿Cómo ha vuelto mi hermana? ¿Qué están buscando aquí? y sobre todo...¿Dónde están mis padres?